Nuestra piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y una carta de presentación que también está expuesta a las inclemencias del clima y a nuestro estado de ánimo.
Si el paso del tiempo ya es un factor que afecta nuestra piel, nosotros mismos llevamos factores externos que pueden provocarle daño como la exposición al sol, la falta de agua, malos hábitos alimenticios y el estrés.
Las repercusiones del estrés en tu piel son los siguientes:
Debido a que con el estrés el flujo sanguíneo se ralentiza, la piel pierde su brillo. Esto ocurre porque el corazón bombea más sangre para enfrentar el estado que nos provoca el estrés en nuestro organismo y los nutrientes se quedan en los músculos.
A causa del estrés los nutrientes que no llegan a la piel comienzan a deshidratarla. La pérdida de la humedad y la evaporación de lípidos provocan este estado en la piel, el cual provoca arrugas.
Si pensabas que el acné se había quedado en la adolescencia, piénsalo dos veces. El estrés puede traer de vuelta esos granitos en tu piel porque el organismo envía una respuesta inflamatoria hacia los poros de la piel que provoca su obstrucción.
Cambiar tus hábitos para no acumular estrés beneficiará no solo a tu piel, sino a todo tu cuerpo.
Sigues estos consejos para olvidarte del estrés y verás que tu piel se mostrará como siempre la quisiste. Si necesitas un tratamiento para tu piel, en la Clínica Dermatológica Marquez estaremos gustosos de ayudarte.